Los mensajes en botella han sido materia de un sinnúmero de relatos, algunos
románticos que han llegado a ser tema de películas como la protagonizada por
Kevin Costner bajo el nombre de “Mensage in a Botle” como su nombre en inglés y
otros han sido relatos de historias de naufragios.
El caso más famoso fue quizás el de Chunosuke
Matsuyama, un marino japonés que naufragó con 44 compañeros en 1784. Poco antes
de que él y sus compañeros murieran de hambre en un arrecife de coral del
Pacífico. Matsuyama escribió un breve relato de su tragedia en un pedazo de
madera, lo selló en una botella, y la arrojó en el mar. La botella estuvo
durante 151 años a la deriva hasta que en 1935 arribó a la costa del pueblo
donde había nacido dicho personaje. Un caso impactante.
Recientemente, un grupo de amigos encontró semienterrada en la arena
de una playa de Australia, un mensaje en una botella
lanzada al mar en 1886. Su propósito fue
la de un experimento para entender las corrientes oceánicas hecho por el Observatorio
Naval Alemán. La botella contenía un
papel con un mensaje en el que el capitán de la nave registraba la fecha, las
coordinadas del barco y los detalles de su ruta, y en el reverso de la hoja se
pedía la devolución de la nota al Observatorio Naval Alemán. No es una historia emocionante, pero ha sido
una realidad novedosa para contar.
Frágil como es, una botella bien cerrada es un objeto muy
resistente y duradero al flotar en el mar, la mayoría de los envases de vidrio
bien cerrados con aire dentro no hay quien los hunda. Pero si de amor se trata, arrojar la botella
al mar nos puede hacer una muy larga espera a que el mar decida entregar
nuestro mensaje de amor el cual tal vez cuando sea recibido nunca lo sepamos o
lo reciba alguno de sus descendientes, pero bajo el mismo concepto podemos
hacerle llegar nuestro mensaje de una manera creativa a esa persona que tanto
apreciamos dejándole la botella un poco más cerca, donde estemos seguros que
será encontrada a tiempo y podamos recibir tal vez una respuesta o simplemente
tener la satisfacción de saber que el mensaje fue recibido.
Desde confesiones de amor hasta pedidos de auxilio,
los mensajes en botellas son todo un enigma que despiertan mucha curiosidad y crea
cierto grado de importancia a la persona para quien va dirigida cuando de amor
se trata.
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Imagen de Peter Bjorndal en Pixabay
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